En un solar en esquina del ensanche de la capital vizcaína se levanta la nueva sede del Departamento de Sanidad del Gobierno Vasco, en el último solar que permanecía libre del centro administrativo y de negocios de Bilbao. Hasta ahora, la institución había sufrido la dispersión de su personal en diferentes inmuebles difícilmente identificables por los ciudadanos, alejados entre sí e incómodos, tanto para los usuarios como para los trabajadores de los propios servicios técnicos. El nuevo edificio responde a la voluntad del promotor de agrupar a sus empleados en un lugar reconocible para facilitar las gestiones administrativas, aumentar la eficacia del servicio e identificarse corporativamente. Al mismo tiempo, la operación ha generado importantes beneficios desde el punto de vista económico y patrimonial.

El edificio se encuentra en la confluencia entre dos vías principales del ensanche trazado en el año 1862, sobre la parcela que ocupaba el antiguo dispensario de Ledo-Arteche. La restrictiva normativa urbanística de la zona instaba a repetir el perfil de los medianiles, retranquear los áticos según una directriz curva, achaflanar la esquina y construir un torreón para coronar el chaflán. La construcción se adapta a estas condiciones incorporando una envolvente de vidrio y, según la incidencia de la luz, se muestra ligera como una superficie textil que se adapta al volumen construido, plegándose de forma fragmentada hacia el centro, o bien adquiere la apariencia sólida de una formación cristalina.

Sobre una superficie de 8.800 metros cuadrados se organiza el programa, agrupando los servicios y las comunicaciones verticales en una espina adosada a la medianera más amplia. Las oficinas se distribuyen en siete plantas diáfanas, sobre las que se ubican dos pisos destinados a albergar locales institucionales. Por su parte, la sala de consejos ocupa la doble altura del torreón. El edificio cuenta con cuatro sótanos en los que se reparten tres plantas de estacionamiento y un salón de actos situado junto a algunos locales en el primer sótano.

La fachada poliédrica de vidrio constituye un innovador sistema de climatización que permite sustituir el aire acondicionado por un sistema de renovación de aire, gracias a la construcción de un doble acristalamiento que forma una galería continua a lo largo de la fachada. Ésta actúa como un importante aislante acústico, a la vez que reduce el consumo energético. Además, sus pliegues se han convertido en elementos de especial eficacia para reproducir la vitalidad de la ciudad, gracias a las imágenes que reflejan del entorno urbano.