Desdibujando los límites entre el ámbito doméstico y la ciudad, la intervención consiste en la renovación de una vivienda totalmente desfigurada, después de décadas de derribos interiores y uso como oficina. El proyecto entrelaza la continuidad espacial, las transiciones y las aperturas en una convivencia de identidades, materiales y texturas.
Las épocas de la construcción se superponen. La estructura de hormigón armado se ha limpiado. El reverso de los encofrados atestigua con precisión el trabajo manual que lo hizo posible. La reforma recupera la antigua terraza y la fachada inicial, que habían desaparecido, realizando minuciosas restauraciones de elementos originales del edificio construido en 1955, como la singular barandilla de acero lacado y los aplacados cerámicos de diferentes cualidades y brillos.