Situada en esquina, la nueva sede del diario TAZ media entre el tejido urbano tradicional de Berlín y los bloques exentos procedentes de la IBA. En este contexto, la propuesta adopta la altura del alero característica de la ciudad para dar continuidad a la manzana que completa. Mientras, un sutil retranqueo en la fachada de Friedrichstrasse señala el acceso. El sistema estructural, por su parte, está concebido para conseguir la mayor capacidad de carga con el menor número de elementos posible. Un sistema en el que no parece haber una jerarquía aparente y cuya estabilidad se alcanza mediante la suma de elementos, una alegoría de la organización horizontal y abierta de la compañía. Concebida para conseguir el mayor rendimiento, la estructura alcanza luces de 12,50 metros, liberando de pilares las plantas y haciendo posible que el interior pueda organizarse con flexibilidad. Las vigas pretensadas de hormigón armado se apoyan en la envoltura estructural, que es una ordenada celosía compuesta por elementos horizontales, verticales y diagonales de la misma sección aparente. Para terminar, la escalera acristalada situada en el centro del edificio es, debido a su dimensión y plasticidad, más que un simple mecanismo de conexión vertical, y se ha convertido en un lugar de encuentro e intercambio informal para los empleados...[+][+]