Restaurante de Santo Domingo de Bonaval, Santiago de Compostela
Álvaro Siza 

Restaurante de Santo Domingo de Bonaval, Santiago de Compostela

Álvaro Siza 


Efemérides, centenarios y demás actos conmemo­rativos suelen ser aprovechados por las ciudades para emprender iniciativas en el campo del patrimo­nio arquitectónico. Tras los fastos de 1992, durante el cual la atención se concentró en Barcelona y Sevilla, el Año Santo Jacobeo de 1993 es la ocasión elegida por Santiago de Compostela para acometer obras importantes. Muchas de ellas han levantado ya la polémica, en especial las construcciones del Monte del Gozo y el polideportivo de Josef Paul Kleihues. El propio Siza ha contribuido ya a la reforma arquitectónica de la ciudad con el Centro Gallego de Arte Contemporáneo, situado junto al convento de Santo Domingo de Bonaval.

Precisamente junto a este convento se está eje­cutando el acondicionamiento de la carballeira homónima para su utilización como parque público. Y en este contexto, el Ayuntamiento compostelano ha decidido construir en la zona un restaurante que contribuya a mejorar el equipamiento del barrio.

La parcela elegida es un terreno con fuerte pen­diente hacia el sureste, limitado arriba por el calle­jón de la Caramoniña y abajo por el antiguo cemen­terio, que formará parte del nuevo parque. En estas condiciones, Siza ha planteado su proyecto como un mirador orientado hacia la ciudad y centrado en la silueta de las torres de la catedral, una panorámica que también va a ser reforzada por la propia inter­vención en el futuro parque público.

Desde la cota más alta del solar se accede a un edificio desarrollado en dos plantas y con un fuerte acento en la horizontalidad. La planta superior al­berga un bar iluminado mediante un patio interior y con una gran terraza desde donde se contemplará ya el monumental perfil barroco del Obradoiro. Desde este bar se puede llegar al restaurante, situado en la planta inferior, y cuyo elemento más notorio es una gran sala alargada rodeada por una banda continua de vidrio que pasa por delante de los pilares cilín­dricos sobre los que apoya la cubierta. Este comedor forma una pieza autónoma, separada por una banda de circulaciones del resto de las dependencias del restaurante, que apoyan su espalda en el terreno.

Una visera continua refuerza el carácter horizon­tal e integrado de todo el conjunto y contribuye igualmente a enmarcar las vistas del horizonte com­postelano... [+]


Cliente

Ayuntamiento de Santiago de Compostela.

Colaboradores

Alessandro d'Amico, Caries Muro; Isabel Aguirre (arquitecto colaboradora);.

Fotos

Teresa Siza.