En la década de 1960, el arquitecto Savin Sever proyectó un edificio para albergar los talleres de impresión de la editorial Mladinska knjiga. Situada en la capital eslovena, la construcción modular y repetitiva se caracterizaba por una estructura de hormigón visto. La antigua imprenta se modernizó a principios del siglo XXI con maquinaria renovada, pero el cambio en el contexto de la industria gráfica, debido a las nuevas tecnologías digitales, provocó el cese de su actividad. Por ello, el edificio estuvo en desuso durante varios años y un nuevo propietario decidió rehabilitarlo en 2022.

La construcción perteneciente al patrimonio industrial local, que estaba protegida, ha sido respetuosamente remodelada, dotándola de una nueva vida para acoger oficinas y un gimnasio. Dado que la estructura había sido concebida para maquinaria pesada no necesitó refuerzos adicionales. El mayor reto lo planteaba el aislamiento térmico del edificio. La estructura había servido originalmente para eliminar el exceso de calor generado por las máquinas. Por ello, fue necesario añadir una nueva envolvente y un vidriado adicional. La renovación de la fachada se basó en los planes originales de Sever, que no se realizaron cuando se levantó el edificio. Sever quería incluir paneles de cemento, pero eran demasiado caros, así que la fachada se construyó con ladrillos modulares. El restablecimiento de la idea original de Sever proporcionó una solución para la mejora técnica del edificio. El único cambio significativo en la estructura original fue una nueva entrada, colocada en el frente sur. En el interior, una amplia escalera genera una especie de plaza urbana dentro del edificio, así como un lugar donde pueden celebrarse eventos. Es aquí donde se preserva parte de la maquinaria original de la imprenta en memoria su antiguo uso.