Rehabilitación de la Finca y el Pazo de Lourizán (Pontevedra)
Carme Pinós  Carles Enrich 

Rehabilitación de la Finca y el Pazo de Lourizán (Pontevedra)

Carme Pinós  Carles Enrich 


El proyecto del equipo catalán compuesto por los estudios de Carme Pinós y Carles Enrich ha ganado el concurso para remodelar la Finca y el Pazo de Lourizán, parroquia del municipio gallego de Pontevedra. El conjunto, que actualmente alberga el Centro de Investigaciones Forestales, seguirá incluyendo esta sede, pero además contará con un hotel, galerías expositivas y un pabellón multiusos. Para ello, la Xunta de Galicia va a destinar 17,3 millones de euros en la restauración, que comenzará en 2025 y cuya finalización está prevista para 2027.

La propuesta premiada, que se impuso a los otros siete proyectos finalistas, abarca un ámbito de actuación de 24.478 metros cuadrados, y una superficie construida de 3.303 metros cuadrados. A pesar de su innegable valor histórico, la finca sufre un avanzado estado de deterioro. Por ello, se plantea la reprogramación de los usos previstos en los edificios de la finca, estableciendo distintos flujos de circulación, con nuevos jardines y la permeabilización del suelo, al romper el pavimento para potenciar la infiltración del agua.

El pazo acoge el centro de recepción de visitantes, exposiciones, el hotel con veinte habitaciones y el restaurante, mientras que las oficinas y la residencia de investigadores se reubican en otros edificios, evitando la interferencia con las actividades culturales.

La antigua escuela alberga los usos de talleres y oficinas en planta baja, y la residencia de investigadores en la planta primera. El edificio del lagar, debido a sus excelentes condiciones de conservación, se mantiene de forma íntegra aprovechando su uso actual de oficinas para introducir las nuevas empresas del sector forestal en la finca.

El nuevo pabellón, situado en la prolongación del camino del Cura, será un edificio polivalente diseñado para complementar las funciones del pazo. Una pérgola sobre el camino histórico, a modo de emparrado, extiende el jardín hacia el nuevo pabellón.

El invernadero se recupera como espacio expositivo, con una intervención mínima que respeta su valor patrimonial.

El conjunto de la era de majar, el hórreo y el sequero se renueva como un espacio público accesible. El antiguo sequero se convierte en una cantina y se reconfiguran los talleres traseros para servicios de apoyo.