En un bosque al norte de Karuizawa, una ciudad separada de Tokio por tres horas de viaje en coche, se sitúa esta casa de fin de semana. El bosque, formado por una densa arboleda, define una atmósfera muy singular construida a partir del diálogo entre las masas compactas de las copas de los pinos y los ritmos orgánicos de los troncos, muy esbeltos, que van colonizando la pronunciada pendiente del terreno. Pese a su belleza, esta atmósfera vegetal, de tan ensimismada, podría resultar algo agresiva; sin embargo, los que conocen el lugar saben que, en invierno, cuando las ramas se vencen por el peso de la nieve, si se eleva el punto de vista sobre la cota del terreno es posible abrir la perspectiva mucho más, hasta las montañas lejanas que rodean el bosque.
Esta atractiva posibilidad se convirtió en uno de los desencadenantes del proyecto. La cota de implantación de la casa se aupó así hasta los seis metros requeridos para alcanzar con la vista las montañas, mejorando asimismo la percepción de los árboles y combatiendo de paso el exceso de humedad propio del clima local gracias a la ventilación natural hecha posible al separarse el edificio del suelo.
A partir de estas premisas, la casa se concibe como un cuerpo rotundo sostenido por pilares de acero, cuya esbeltez resuena con la de los troncos de los árboles, y cuyo replanteo respeta al máximo la vegetación existente. La huella de la casa es ocupada por una plataforma de hormigón, propuesta como un ámbito exterior envuelto por la atmósfera del bosque. Esta plataforma se ocupa sólo con una hamaca y una mesa, y se desborda lateralmente con una grácil escalera que conduce a la planta superior, muy comprimida y definida por un gran ventanal que mira a las montañas.
La casa contiene implícita en su concepción una peculiar analogía biológica: aquella que concibe al habitante como un pequeño animal del ecosistema del bosque, que los días de sol dormita en su hamaca pero que, al llegar la noche, se refugia en su guarida de chapa, en su singular palafito metálico.
Obra
‘Pilotis en el bosque’, casa en Karuizawa.
Arquitecto
Go Hasegawa & Associates.
Consultores
Ohno Japan (estructuras).
Contratista
Niitsu-gumi.
Fotos
Go Hasegawa & Associates.