La casa de madera definitiva busca llevar al límite la construcción con este material y explora la posibilidad de que una pequeña cabaña sea al mismo tiempo primitiva e innovadora. Un único elemento —el bloque de cedro macizo— se apila de forma continua, generando un lugar prototípico anterior a la arquitectura. Además de provocar un fuerte impacto desde el punto de vista de la materialidad, los prismas modulan el espacio a través de incrementos de 350 milímetros, una dimensión que se relaciona de forma directa con el cuerpo humano. Así, se crea un territorio escalonado, donde se experimentan relaciones espaciales que no serían posibles en una distribución coplanar convencional. No hay distinción entre suelos, muros o techos. Un tramo que se pensó como suelo se transforma en silla, pared o encimera según la perspectiva.

Cada habitante reinterpreta la espacialidad y experimenta nuevas sensaciones de profundidad según su ubicación. Es como un paisaje nebuloso en donde las estancias no se dividen sino que se funden unas con otras. La madera es al mismo tiempo el aislamiento, la estructura, el acabado y el mobiliario, por lo que las reglas habituales de la arquitectura se anulan y se alcanza un nuevo método que consigue crear condiciones continuas... [+]