Inspirada en un pájaro que alza el vuelo, la casa Roof / Birds se funde en una ladera boscosa con vistas al monte Asama, el volcán más activo de Honshu, la isla principal de Japón. En un hábitat dominado por la presencia de aves silvestres, el edificio se divide en un conjunto de construcciones fragmentadas con la intención de minimizar el impacto de la arquitectura en la naturaleza y permitir que los animales se muevan libremente a su alrededor. Los elementos construidos se reducen a una colección de cubiertas inclinadas en distintos ángulos que parecen levitar entre la densidad de los árboles. Dichas superficies, formadas por vigas de madera de gran canto, flotan sobre paredes de vidrio y se apoyan sobre pilares de acero macizo. El ajustado espesor de los perfiles verticales —de tan solo 65 milímetros— contrasta con el tamaño y la repetición de las vigas, lo que intensifica la sensación de que la cubierta flota en el aire y maximiza la permeabilidad a nivel del suelo. Una plataforma que se adapta al terreno enlaza los distintos espacios y salva las diferencias de nivel para que la topografía original se transforme lo mínimo posible. Con este mismo objetivo, las habitaciones se distribuyen en bandas longitudinales que avanzan o retroceden en función del contexto.