Freespace, el optimista punto de partida del lema de la desimosexta edición de la Biennale di Architettura comisariada por Yvonne Farrell y Shelley McNamara—más conocidas como Grafton Architects—, defiende que la arquitectura puede ser generosa sin dejar de ser funcional. En línea con la temática de la muestra, se levantó sobre uno de los muelles del Arsenale una gran pérgola de bambú concebida como un espacio libre, comunitario y compartido. La estructura fue proyectada como un prototipo replicable, tanto en Venecia como en otras áreas urbanas o rurales, capaz de acoger actividades de distinta índole como exposiciones, talleres educativos o espacios de reunión e intercambio para las comunidades locales.

El pabellón consta de once módulos, cada uno de los cuales está formado por la combinación de dos estructuras de cubierta hiperbólica, definiendo una característica volumetría que le granjeó el sobrenombre de ‘estalactica’. Gracias a la distintiva flexibilidad estructural del bambú, la construcción se logró llevar a cabo con unos recursos muy limitados: apenas ocho trabajadores vietnamitas, con el apoyo de los arquitectos y la colaboración de grupos de estudiantes vietnamitas e italianos, erigieron el pabellón en un plazo de tan sólo 25 días.