Situada junto a un río y rodeada de campos salpicados de invernaderos, la Naked House surge como respuesta a los requerimientos del cliente que quería «una casa que diera a todos la libertad de realizar actividades individuales en una atmósfera compartida, dentro de una familia unida».

La casa consiste en un único espacio de doble altura con cuatro habitaciones sobre ruedas que pueden moverse libremente. Para climatizar las habitaciones, basta con situarlas junto a los muros en los puntos de salida de la calefacción o el aire acondicionado. La flexibilidad de esta vivienda —donde solo están fijos la cocina y los servicios— permite que las cajas se alineen para crear salas más grandes; o que se recojan en la terraza para disfrutar de un amplio espacio vacío. Con el objetivo de reducir el peso y optimizar la movilidad, los habitáculos son pequeños y carecen de complementos o espacios de almacenamiento.

La cara exterior del muro está formada por dos capas de plástico corrugado reforzado con fibra y la cara interior está hecha de tejido de nylon. Ambas se fijan sobre bastidores de madera y entre ellas se introducen bolsas de plástico rellenas de espuma de polietileno. Este cerramiento estratificado aísla térmicamente el interior y filtra la luz de forma difusa.