Organizada de forma introspectiva en torno a un patio central, la casa Sengokubara se sitúa en una parcela rodeada de vegetación en la ciudad de Hakone, cien kilómetros al suroeste de Tokio. Un tejado continuo, que se desarrolla en un solo gesto, comienza en el acceso como una marquesina y va ampliándose progresivamente hasta cerrar el vacío central con forma de gota. El mismo sistema de cubierta —compuesto por chapa metálica con junta alzada— se pliega para conformar la fachada exterior.

La transición geométrica desde el perímetro cuadrado hasta el interior curvo se resuelve mediante una distribución radial de la estructura. Para no interrumpir la relación entre la casa y el patio, la estructura está formada por una serie de costillas de madera que se apoyan en el límite exterior y avanzan en voladizo hacia el centro, de manera que se minimizan los pilares en la fachada interior. La forma alabeada de la cubierta hace que las alturas varíen a lo largo de la casa desde 2,4 metros en el punto más bajo hasta 7,5 metros en el salón principal donde se sitúa una entreplanta. Las divisiones, las escaleras y algunos muebles también se construyen con lamas de madera, en continuidad con la estructura que se deja vista.