Mercado municipal, Villajoyosa
Solid Arquitectura 


Asociada a una cultura del exterior y favorecida por las condiciones benignas del clima, la tradición mediterránea reconoce en las plazas públicas los lugares idóneos para el desarrollo de la actividad comercial. Protegidos por toldos ligeros y de fácil instalación, los puestos llenan de bullicio las plazas los días de mercado, proporcionando pasos sombreados y estrechas callejuelas donde la relación entre vecinos resulta tan importante como la provisión de víveres. Recogiendo esta tradición, el nuevo mercado de Villajoyosa ocupa un solar alargado del centro urbano y lo transforma en un escenario cotidiano en sombra, envuelto en una piel permeable al exterior: a la luz, al aire y al ajetreo.

Dos prismas —unas oficinas municipales en el extremo oeste y el mercado en el resto del solar—llenan el antiguo vacío. La repetición (diez veces) y el giro (180 grados cada vez) de una nave de hormigón de 22 metros de longitud y 7,20 de altura son los mecanismos con los que se genera el espacio del mercado. La cubierta de cada nave, construida en dos capas, aprovecha la disposición de las vigas de cinco metros de canto en la parte intermedia para introducir la luz en el interior. La reiteración de este sistema dibuja un perfil quebrado similar al de la propia ciudad, además de permitir que un dinámico juego de luces y sombras bañe el recinto en el que, de forma independiente, se levanta el entramado de acero que sustenta los puestos. Éstos se sitúan en el centro de la nave, comunicados por una estrecha vía interior y construidos con vidrios de colores, acero y aluminio, tratando de unificar los criterios gráficos, de diseño e iluminación.

Ganado a la ciudad en un solar donde antes se levantaban puestos de venta al aire libre, el mercado se concibe como un espacio elemental en sombra: una membrana de troncos de pino permite el paso de luz, aire y sonido.

Dos prismas —unas oficinas municipales en el extremo oeste y el mercado en el resto del solar—llenan el antiguo vacío. La repetición (diez veces) y el giro (180 grados cada vez) de una nave de hormigón de 22 metros de longitud y 7,20 de altura son los mecanismos con los que se genera el espacio del mercado. La cubierta de cada nave, construida en dos capas, aprovecha la disposición de las vigas de cinco metros de canto en la parte intermedia para introducir la luz en el interior. La reiteración de este sistema dibuja un perfil quebrado similar al de la propia ciudad, además de permitir que un dinámico juego de luces y sombras bañe el recinto en el que, de forma independiente, se levanta el entramado de acero que sustenta los puestos. Éstos se sitúan en el centro de la nave, comunicados por una estrecha vía interior y construidos con vidrios de colores, acero y aluminio, tratando de unificar los criterios gráficos, de diseño e iluminación.

La fachada del edificio es un singular muro cortina de troncos de pino, vacsolizados y teñidos de blanco, fijados a una estructura metálica que cuelga de la losa de cubierta. A continuación de esta piel permeable se levanta un plano vertical de vidrio (de altura similar a los puestos), por encima del cual se descuelgan amplios toldos solares que se mueven por sensores o control remoto según las condiciones climatológicas. Un pequeño jardín de albero con varios naranjos actúa como umbráculo en la cara sur, mientras en las demás los huecos se configuran por medio de cajones profundos de madera que perforan puntualmente el muro cortina.

Desvinculado de los pórticos de hormigón que sostienen la cubierta, un entramado de acero configura la estructura de los puestos. Amplios toldos activados por sensores protegen las mercancías del sol.

El joven artista británico Liam Gillick ha diseñado el cartel de acceso uniendo cuatro veces el término mercat y cubriendo cada letra, de colores distintos, con un rayado a 45 grados, en una alusión festiva a la segunda sílaba de la palabra en su idioma nativo y al pelaje de tantos de los gatos callejeros que merodean por los mercados.


Cliente Client
Ayuntamiento de Villajoyosa

Arquitectos Architects
Solid Arquitectura: Álvaro Soto, Javier Maroto 

Colaboradores Collaborators
Ángel Sevillano, Clarissa Rosenow, Alexandra Boy, Miguel del Olmo, Pascal Werner (maqueta model); Ana Belén Rico, Gabriel López (aparejadores quantity surveyors); Beatriz Lombao (paisajismo landscaping) 

Consultores Consultants
Nb 35 (estructura structure); Ciasa (instalaciones mechanical engineering) 

Contratista Contractor
Mercado Central

Fotos Photos
Luis Asín, Juan de la Cruz Megías