La ocupación alemana de Polonia entre 1939 y 1945 fue uno de los episodios más atroces de la ya de por sí atroz II Guerra Mundial. No sólo implicó la práctica total desaparición de los judíos del país, sino también la destrucción sistemática de muchas poblaciones rurales, entre ellas Michniów, donde en dos días fueron asesinadas doscientas personas.

Para dejar memoria de estos hechos luctuosos se ha levantado junto a las fosas comunes el Mausoleo al Martirio de los Pueblos Polacos, un proyecto laborioso y desarrollado en cinco fases.

El elemento más singular del mausoleo es el elemento escultórico central, conformado por once módulos que evocan una construcción elemental a dos aguas, y forman una serie que permite el ajuste a la pendiente del terreno. Los módulos están construidos con hormigón armado y están impresos matricialmente para adoptar una textura semejante a la de la madera, pero su carga simbólica no estriba en su materialidad, sino en el motivo de la fractura escultórica que separa unos módulos de otros. Estas fracturas permiten distribuir el programa en zonas abiertas y cerradas, al mismo tiempo que aluden a la ideas rotura, quebrantamiento y destrucción implicadas en los terribles hechos que el monumento conmemora...[+]