El monumento de Notre-Dame-de-Lorette, al norte de Francia, se ha levantado junto al cementario militar más grande del país, en el escenario de una de las batallas más terribles de la I Guerra Mundial, y con ocasión del centenario del conflicto.

Se trata de una pseudoelipse de 328 metros de perímetro que se posa sobre el terreno ligeramente inclinado, de manera que un extremo del edificio queda enterrado y el otro se levanta en voladizo para permitir el acceso. El proyecto da cuenta de algunos de los motivos típicos de los memorials erigidos para conmemorar el conflicto producido entre 1914 y 1918 —la pradera verde, las inscripciones—, pero los reinterpreta en clave simbólica y minimalista. La elipse cerrada sugiere la idea de unidad, mientras que la expresión de la fraternidad entre los pueblos europeos se confía al hecho de que el nombre de los 579.606 muertos en combate que se recuerdan en el monumento no se han clasificado por nacionalidades o rangos, sino que aparecen mezclados formando una inmensa lista ordenada alfabéticamente. Esta lista se dispone en el haz del anillo, sobre planos ligeramente girados que dotan de cierto dinamismo al conjunto.

Por lo demás, el anillo está formado por 122 secciones estructurales construidas con un material ultratecnológico: un hormigón reforzado con fibras de alta resistencia, diseñado y fabricado para la ocasión...
[+]