Monumento sobre una sinagoga medieval, Viena
Jabornegg & Pálffy Architects 

Monumento sobre una sinagoga medieval, Viena

Jabornegg & Pálffy Architects 


Además de las atrocidades cometidas bajo la ocupación nazi, la ciudad de Viena fue testigo ya en el siglo XV de una ola de antisemitismo que acabó en 1420 con el barrio judío y con la que era una de las mayores sinagogas de Europa. Tras emplear las piedras de susmuros en la construcción de la universidad, el templo fue reducido a sus cimientos, que han sido recientemente descubiertos en el subsuelo del casco urbano. Tomando estas circunstancias como punto de partida, en este lugar y por iniciativa de Simon Wiesenthal se decidió levantar un monumento conmemorativo para rendir homenaje a las 65.000 víctimas austriacas del Holocausto nazi, de manera que en la misma plaza, la Judenplatz, se podrá visitar el museo que documenta la vida de la comunidad hebrea en la Edad Media, las ruinas de la sinagoga y el monumento en recuerdo a las víctimas del siglo XX.

Fruto de un concurso internacional —en el que resultó vencedora la propuesta de la londinense Rachel Whiteread—, el monumento se levanta sobre las ruinas como un prisma de hormigón que establece un contrapunto visual con la estatua de Lessing existente en la misma plaza. De 7 metros de ancho por 10 de largo y 3,80 de altura, el paralelelpípedo representa una biblioteca con las estanterías hacia afuera y la puerta cerrada. El libro se propone así como símbolo de la voluntad de supervivivencia del pueblo hebreo, estableciendo con la imagen hermética de la biblioteca clausurada una analogía con la cultura judaica. Alrededor de esta pieza, bandas de piedra recorren el suelo con los nombres de los campos de concentración en los que fallecieron las víctimas austriacas del nazismo.

Arropando el monumento, la actuación se extiende al diseño urbano de la plaza y sus calles adyacentes, donde se ha eliminado el tráfico y se ha empleado pavimento de adoquín de granito típico del casco histórico, reflejando las zonas nuevas y los espacios de transición con piezas de la misma piedra pero mayor tamaño. Para no interrumpir la continuidad del suelo con la implantación de farolas u otro tipo de mobiliario urbano, la plaza se ilumina directamente desde las fachadas existentes. Bajo el espacio público, el perímetro de la sinagoga —señalado con una banda de latón que oculta las instalaciones—determinó el tamaño de las salas de exposición que acogen la documentación relativa a la vida de los judíos vieneses en la Edad Media, y a las que se accede desde el Miraschihaus, un centro donado a la comunidad hebrea tras la II Guerra Mundial. Viena reúne así de forma única un monumento a la memoria de los perseguidos.


Cliente Client

Historisches Museum der StadtWien

Arquitectos Architects

Christian Jabornegg, András Pálffy

Colaboradores Collaborators

Dean Stubnja, Nicole David, Martin Gaudenzi; Óhlinger & Metz; KarlheinzWagner

Consultores Consultants

Walter Prause; CE-Planungs-Gesellschaft (instalaciones mechanical engineering)

Fotos Photos

Werner Kaligofsky