La casa del arquitecto, Florida
La quimera de Léon

La casa del arquitecto, Florida

La quimera de Léon


Si el ejercicio más difícil es construir la propia casa, en el caso de Leon Krier esto se complica mucho más. Después de dieciocho años de profesión, ejerciendo como polemista permanente, escribiendo y dibujando como ha de ser la arquitectura, una primera y a la vez tardía construcción puede ser una prueba de fuego. Leon Krier se muestra perplejo cuando, habiendo cosechado siempre negativas a sus proyectos, encuentra aquí y allá sus ideas retomadas y puestas en práctica con mayor o menor fortuna.

Recientemente, Krier había aceptado la dirección de una fundación dedicada a la investigación dentro de la poderosa firma de Chicago, Skidmore, Owings y Merrill; pero poco antes de incorporarse, decidió no hacerlo. Parece que Léon sopesa con cuidado su aparición en la escena del business, tras un largo curriculum en otro escenario, el de la teoría de la arquitectura, transición de la que otros teóricos han salido malparados, como Camilo Sitte, el viejo maestro vienes teórico de la ciudad, tan reivindicado por Krier, que apenas construyo algo de interés en su vida.

A mitad de camino entre el encargo y el ensayo, el proyecto de su casa permite al autor una actitud más relajada: se trata casi de un divertimento, casi una broma con el clasicismo y su pretendido origen lígneo; una mezcla de la cabaña nórdica, la casa del Oeste y el templo griego: el autor ha dicho que no construiría si no fuese en las circunstancias adecuadas, y estas parecen darse ahora, en una urbanización al norte de Florida, donde a cambio de su asesoría para el trazado del conjunto, los promotores le ofrecieron una parcela. Es un tanto contradictorio que los grupos inmobiliarios se dirijan a quien tanto ha batallado por una ciudad distinta, pero será excelente si vemos al fin al polemista metido a constructor…[+]