Con una superficie construida de 520 metros cuadrados, este bloque de viviendas turísticas ocupa un solar donde antes había un frondoso árbol en la rúa Pedro Álvares Cabral de Oporto. El proyecto evoca el recuerdo de este árbol, que fue retirado para que las obras pudieran proseguir en el solar.

Junto a edificios estrechos y alargados, la construcción se resuelve con dos fachadas separadas que dan a la calle, dejando entre ellas un patio que anticipa la planta baja y acoge un nuevo árbol. La fachada principal conecta con la siguiente, más abierta, a través de un conjunto de balcones. Respondiendo a su contexto, el edificio está construido en hormigón visto con textura y dos colores: gris y verde. Las superficies exteriores incorporan fragmentos de vidrio reciclado como áridos.

La planta baja alberga una galería de arte y, sobre ella, se sitúan cuatro pisos, el último de las cuales aprovecha el espacio de la azotea. Al fondo de la parcela se encuentran un estanque y una pequeña casa con dos alturas que sirve de residencia artística.