En la tercera ciudad de los Emiratos, el barrio de Al Manakh acogerá la nueva sede del Instituto de África, que será el único centro del Golfo para la investigación de la cultura de los pueblos de África y su relación con los países árabes. El proyecto se concibe como una ciudadela, con una plaza pública flanqueada por cinco prominentes edificios. Sin embargo, desde el heterogéneo contexto urbano se percibirá como un conjunto en diálogo con las distintas escalas existentes. La planta baja sigue el ejemplo de la arquitectura de los pueblos de Hausa o Tombuctú y se caracteriza por su patio central, que define la transición desde el exterior. Sobre ella, los cinco volúmenes flotantes acentúan el espacio del patio y proporcionan una clara distribución programática. El podio unificador albergará las zonas comunes y, junto a los niveles subterráneos, los ámbitos de conexión y servicio. Frente a la sólida imagen exterior del complejo, que refuerza la idea de fortaleza con sus abstractos frentes de hormigón rojizo, las fachadas orientadas hacia los patios se definen por sus pequeñas aberturas cuadradas. Estos huecos contrastan con los amplios ventanales horizontales dispuestos en los programas públicos, y su orden permite reflejar el distintivo carácter de cada uno de los cuerpos superiores.