En el distrito financiero de Zuidas, un desarrollo urbano situado en el sur de la capital holandesa, se levanta el nhow Amsterdam RAI, una torre de 91 metros de altura que acoge un programa de usos mixtos: un hotel de 650 habitaciones —que ocupa diecinueve de los veinticuatro niveles del complejo—, un centro de convenciones, la sala de exposiciones RAI, un restaurante, un bar y un estudio de televisión en vivo. La configuración volumétrica, inicialmente derivada de las restricciones geométricas de la parcela, busca rendir homenaje al Het Signaal; un tótem publicitario que, con el tiempo, ha ido perdiendo protagonismo superado por la escala de los bloques de oficinas construidos a su alrededor. Así pues, haciendo referencia a su contexto y concebido como un faro, el edificio está formado por tres cuerpos de planta triangular apilados y girados noventa grados respecto al anterior. Los grandes voladizos resultantes de esta operación, además de proporcionar una serie de azoteas cubiertas, dotan al conjunto de un perfil escultórico que parece desafiar a la gravedad. La fachada, definida por la alternancia de paneles de vidrio y parteluces de aluminio de perfil triangular, refleja la luz dando lugar a una imagen cambiante a lo largo del día en función de la posición del sol...
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