Con una altura de 125 y 110 metros, respectivamente, las torres Innovationen y Helix se han convertido en los edificios residenciales más altos de Estocolmo. Ubicadas en Hagastaden, un nuevo distrito en el norte de la capital, desarrollado alrededor del Instituto Karolinska —que otorga el Premio Nobel de Medicina—, se erigen además como una puerta de la ciudad. La intervención parte de unas estructuras prexistentes, vestigios de un proyecto fallido que proponía dos volúmenes escalonados de condición monumental. Esta segmentación vertical se complementó con la manipulación horizontal de las envolventes dando lugar a una configuración pixelada más próxima a la escala doméstica, que mediante un patrón de retranqueos alternos da lugar a una serie de espacios exteriores cubiertos. La fachada se reviste con un tratamiento único y homogéneo: una piel rugosa de paneles prefabricados de hormigón acanalado y cepillado con guijarros agregados expuestos. La elección de este técnica frente al tradicional hormigón in situ permitió acelerar la construcción y reducir los costes. En cuanto al programa, las torres cuentan con viviendas de diferentes tamaños, desde 44 hasta 270 metros cuadrados, que se complementan con dotaciones comunes: sala de cine, comedores para fiestas, gimnasio, saunas y locales comerciales.