Conceptualmente, la casa se construye como un barco invertido, con una sucesión de elementos estructurales de madera laminada, fijados a un canalón de hormigón visible en el interior de la casa.

Gutter House es un proyecto de dos casas para dos amigos en la playa brasileña de Sagi (Baía Formosa). Una doble cubierta acabada con ‘escamas’ de madera dibuja dos olas que dialogan con las dunas del paisaje, y vierten las aguas pluviales al canalón de 22 metros de longitud, realizado en hormigón y envuelto con cerámica de color azul, para regar las jardineras.

El proyecto quiere honrar la memoria de los arquitectos anónimos que erigían las catedrales barrocas de ciudades como Olinda, al sur de Baía Formosa, los cuales eran también constructores de navíos. Las bóvedas con vigas curvas de madera y bambú de la casa evocan así interiores navales, con ventanas de ojo de buey y pavimento de escamas de pez.

Para curvar la cubierta, el arquitecto Daniel Flórez y su equipo inventaron una solución constructiva llevada a cabo en unos antiguos talleres navales. Un paquete de planchas de acero con aislamiento conecta los 12 centímetros de espesor necesarios de la teja termoacústica plana. La impermeabilización se realizó con un sistema de engatillado de planchas de acero galvanizado. Todos los elementos se recubren con una doble piel compuesta por tablas de madera cortadas en el sentido de sus fibras.