Casa Du Plessis, Paraty
Studio MK27 

Casa Du Plessis, Paraty

Studio MK27 


En la región más meridional del departamento de Río de Janeiro el océano recorta el litoral de forma accidentada, dibujando múltiples bahías, islas y cabos que hacen de este lugar el destino turístico de los habitantes tanto de la vecina São Paulo como de la capital, Río. A quince kilómetros del casco histórico de Paraty, en una parcela colindante con un campo de golf, una familia encargó la construcción de una casa en la que pasar sus días de vacaciones y disfrutar de este territorio híbrido entre la costa atlántica y la incipiente selva tropical.

La casa, con la que las construcciones vecinas no guardan excesiva distancia, es un prisma blanco de líneas puras que orienta hacia el paisaje abierto el área de acceso y vuelca hacia el fondo más inmediato y protegido de la parcela las áreas de relación (estar, comedor, terraza). La organización del programa en una sola planta es sencilla y se orquesta en torno a un patio rectangular en el costado sur que actúa como distribuidor único: en su lado mayor quedan cuatro dormitorios —con sus respectivos baños— y una pequeña sala para la televisión, mientras en el lado menor, al este, se sitúa el salón, proyectado hacia el jardín por medio de una terraza primero y de una piscina después. Sólo una estrecha crujía en el flanco norte funciona independientemente del patio —con un acceso menor secundario— para alojar las dependencias de servicio: cocina, despensa, office, aseo y un cuarto auxiliar.

La combinación de espacios introvertidos con otros ideados casi como miradores genera un mundo particular en el que la caja aparece como mera espectadora: cada elemento parece pensado para atrapar los elementos más esenciales del exterior (luz, vegetación, aire) e incorporarlos a cada estancia. El paisaje se adentra en el patio por medio de los huecos recortados a modo de ventanas (si bien separan dos ambientes descubiertos); cuatro ejemplares de jabuticabeira, una especie autóctona, se abren paso en el pavimento de hormigón y piedra como reminiscencias de la selva anterior; paneles de celosía realizados con madera de muxarabi —otra especie local— tamizan la fuerte luz del trópico que llega a las habitaciones; y por último, la piscina, cuya longitud similar a la anchura de la sala expande ésta hacia el jardín, terminan de anclar la casa al lugar.

Los muros se han confeccionado con lajas de una piedra local (mineira) apiladas, que funcionan en realidad como un aplacado anclado a la fábrica de ladrillo, y la cubierta, por normativa urbanística, es inclinada y de teja cerámica; un techado de troncos de bambú bajo lamas móviles transparentes permite que la sala se adapte a las variaciones del clima... [+]


Cliente Client

Alberto & Patricia Du Plessis

Arquitecto Architect

Marcio Kogan

Colaboradores Collaborators

Diana Radomysler, Cássia Cavani, Bruno Gomes, Oswaldo Pessano, Paula Moraes, Regiane Leão, Renata Furlanetto, Samanta Cafardo, Suzana Glogowski

Contratista Contractor

DP

Fotos Photos

Arnaldo Pappalardo