En 2017, BIG ganó el concurso para la remodelación del complejo histórico de San Pellegrino en los Alpes italianos. La operación incluye la construcción de un centro de visitantes, zonas de trabajo, oficinas y un puente sobre el Brembo. El conjunto se unifica formalmente mediante la repetición enfática de esbeltos arcos de hormigón, que remiten a la tradición clásica y al racionalismo italiano de principios del siglo XX. Estos elementos se disponen a modo de costillas, de manera que los espacios intermedios —cerrados con materiales transparentes— enmarcan las vistas sobre el valle y consiguen que los usuarios se sientan inmersos en el paisaje. El diámetro de las galerías varía progresivamente para conformar una secuencia dinámica de pórticos en los que se distribuyen las distintas partes del programa.

Además de renovar la imagen de la compañía, el proyecto buscaba vincular el conjunto industrial con San Pellegrino Terme, y convertirlo en una emblemática puerta de entrada al municipio. En este sentido, junto a los depósitos se delimita una piazza elevada —concebida como el corazón simbólico de la intervención— donde se propone una escultura colosal formada por diferentes estratos de roca natural que representan las etapas del transcurso del agua en su bajada desde las heladas cumbres montañosas.