Situado sobre la terraza del Centro Pompidou en París, este pabellón se diseñó como oficina temporal del equipo de Shigeru Ban durante la construcción de la nueva sede del museo en Metz. Tras ganar el concurso, el japonés propuso a la administración instalar su estudio en el propio centro para ahorrarse el alquiler. La administración aceptó con tres condiciones: que los costes corrieran de su cargo, que el interior fuera visitable por el público y que se donase una vez terminadas las obras.

El espacio —de 34,5 metros de longitud y 4,4 metros de ancho— está delimitado por una bóveda de cañón construida mediante una retícula de tubos de papel formada por veintinueve arcos separados entre sí. De forma experimental, se ensaya con el mismo cerramiento que se utilizará después en el Centro Pompidou-Metz: una membrana de PTFE (politetrafluoroetileno) que es impermeable y al mismo tiempo permite el paso de la luz de forma difusa. Durante el proceso de construcción se organizó un taller de verano en el que participaron alumnos del laboratorio de investigación de la Universidad de Keio en Japón junto con estudiantes de arquitectura de París. Además de como estudio, el espacio se concibe como una galería ya que está integrada dentro del recorrido expositivo.