En una parcela de 1.000 metros cuadrados junto al río Sihl, en Zúrich, se sitúa este bloque de siete plantas de altura destinado a albergar la sede de una empresa local de servicios multimedia y construido con una singular estructura de madera que se ha convertido en la mayor de su tipo nunca levantada en Suiza. Inspirando sus soluciones constructivas en las técnicas de ensamblaje en seco de los carpinteros tradicionales japoneses —el miyadaiku y el sukiya daiku—, el edificio presenta una sencilla volumetría en la que conviven dos lenguajes diversos: de un lado, la densa trama de soportes y vigas de madera de abeto visto, procedente de bosques certificados, que forman la estructura; del otro, una envolvente de vidrio dispuesta al modo de un muro cortina, confiriendo al edificio una imagen que recuerda a la de un gran invernadero. Formado por un orden primario de vigas Vierendeel que quedan arriostradas por un segundo orden de viguetas, el edificio presenta una estructura rotunda, casi esquemática, cuya mayor singularidad está en el modo en que se han resuelto las juntas constructivas de madera laminada y sección cilíndrica, cuya estabilidad no depende —al igual que en los templos o en las casas tradicionales japonesas— de pegamentos o clavos, sino simplemente del encaje preciso de unas piezas en otras.