Entre las intervenciones de rehabilitación y ampliación de la estación ferroviaria de la ciudad suiza de Aarau destaca la nueva terminal de autobuses. Se trata de una gran pérgola que cubre parte de la plaza pública abierta frente a la estación, y cuya forma orgánica sugiere la imagen de una serie de burbujas desmaterializadas y concatenadas entre sí.

La impresión de levedad y transparencia se consigue gracias al material adoptado: cojines neumáticos de ETFE (Etileno-TetraFluoroEtileno), un copolímero de gran resistencia mecánica y térmica que pesa cien veces menos que el vidrio y deja pasar más luz. Los cojines neumáticos favorecen la iluminación natural durante todo el año, pero protegen al viajero del exceso de radiación solar en el verano gracias a su sistema de varias capas. Las dos últimas están serigrafiadas con un patrón de puntos de manera que, en función de las condiciones climáticas y mediante variaciones en la presión del gas del interior de los cojines, se despliegan o contraen, desfasándose o solapándose para respectivamente rechazar o dejar pasar la radiación.

Esta piel bioclimática se sostiene con una estructura de pilares y vigas de acero, y se rigidiza gracias a dos anillos sinuosos. A los anillos se fija una trama libre de cables de acero que tensan y dan forma a la membrana de plástico, de suerte que esta pueda proteger de la lluvia y la radiación, además de desempeñar otras funciones estéticas complementarias, pues buena parte de las instalaciones del edificio quedan ocultas dentro de la piel neumática y sostenible.