Situada en el barrio berlinés de Schöneberg, esta nueva construcción repara el tejido urbano de la zona, roto desde la década de 1990, al levantarse junto al hasta ahora solitario edificio de oficinas adyacente —denominado Platinum, obra del arquitecto Jürgen Sawade—, formando una composición resultante de su fusión complementaria.

Sobre una base común de cinco pisos, los dos puntos altos dispuestos simétricamente, uno al norte y otro al sur, emergen con escalones de dos alturas hasta llegar al nivel once.

La fachada uniforme de ladrillo y tonos claros aporta un fuerte carácter escultórico al conjunto. El tratamiento estético y la plasticidad del exterior del edificio se desarrollan a partir de los detalles que surgen de su función estructural, excluyendo las decoraciones redundantes. Los profundos huecos de las ventanas generan un juego de luces y sombras en una repetición rítmica regular de bandas verticales y horizontales.