Cubierta de la Catedral de Málaga
Marinauno Arquitectos  

Cubierta de la Catedral de Málaga

Marinauno Arquitectos  


La Catedral de Málaga arrastra desde su construcción una patología estructural persistente: las filtraciones de agua de lluvia, que han deteriorado progresivamente sus bóvedas renacentistas y barrocas. Estos daños no son fruto del estado inacabado del edificio y de decisiones históricas que impidieron una correcta cobertura del templo. Las bóvedas, hechas de materiales cerámicos, yeso, cal y hierro, y las cúpulas barrocas de piedra caliza, son especialmente vulnerables a la humedad, y las soluciones parciales implementadas a lo largo del tiempo han fracasado.

Desde el siglo XVII hay constancia documental de goteras en el interior. No obstante, el intento de conservar la imagen de templo inconcluso ha impedido resolver el problema de raíz. Durante el siglo XVIII, el maestro Antonio Ramos reforzó la estructura con muros y una gran cornisa para estabilizar el templo, lo que confinó las bóvedas e impidió la evacuación natural del agua.

En este contexto destaca la figura de Ventura Rodríguez, arquitecto de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, quien en 1764 propuso un proyecto clave para solucionar definitivamente estos problemas. Diseñó una cubierta inclinada con un sistema completo de evacuación de aguas, incluyendo bajantes, canales y soluciones específicas para las terrazas sobre capillas, que aún hoy presentan filtraciones. Su propuesta, detalladamente recogida en planos e informes, validaba también los refuerzos estructurales de Ramos pero advertía de que, sin una cobertura adecuada, la ruina del edificio era solo cuestión de tiempo. Su diagnóstico sigue vigente casi tres siglos después: “el medio más seguro para preservar los edificios es el cubierto”.

El proyecto actual de Marinauno Arquitectos — Juan Manuel Sánchez la Chica y Adolfo de la Torre Prieto—, iniciado en 2023 y con final previsto en 2027, retoma la solución de Ventura Rodríguez, adaptándola con medios contemporáneos. Se construye una cubierta ligera de madera laminada y acero que reduce el peso sobre las bóvedas en 105 toneladas respecto a la cubierta a la catalana instalada en 2008. Esta nueva estructura apoya exclusivamente sobre elementos resistentes, como lo planteó Ventura Rodríguez, y cuenta con una geometría adaptada a la forma compleja de la Catedral, especialmente en la girola, donde se ha recuperado la forma estrellada que él ideó para facilitar el drenaje.

El proyecto actual de cubierta para la Catedral de Málaga mantiene una clara continuidad con el diseño de Ventura Rodríguez de 1764, especialmente en la inclinación moderada y su intención de hacerla visual y estructuralmente discreta desde el entorno cercano. Se respeta también la línea de cumbrera propuesta por Rodríguez, coincidente con el vértice de la crestería inacabada de Antonio Ramos. Sin embargo, se introducen variaciones geométricas adaptadas a la realidad inacabada del templo y al crecimiento urbano moderno: la cubierta se retranquea más del perímetro y se eliminan elementos como el piñón triangular sobre la fachada principal. En lugar de muros altos, los frentes del crucero se resuelven con formas más bajas y retranqueadas.

La intervención incluye bajantes históricas y nuevas, canales de evacuación, cubiertas planas ventiladas, sistemas de ventilación e iluminación natural es y protección contra incendios. La teja vidriada en tonos crema y tostado mantendrá el diálogo visual con edificios vecinos, como el Palacio del Obispo.

Como si de una excavación arqueológica se tratara, se han proyectado una serie de pasarelas bajo la cubierta desde las que se podrá apreciar la interesante geometría de las cúpulas de la Catedral, despojadas de la cubierta cerámica que en este momento las oculta. La visita al interior de este espacio se vería complementada por un recorrido perimetral alrededor de la cubierta.