El centro del pueblo costero de Jesolo ha sido objeto de una serie de debates y planes urbanísticos a lo largo de las últimas décadas, en las que han participado singularmente Kenzo Tange y Aurelio Galfetti. Su objetivo ha sido encontrar la mejor relación posible entre lo construido, el mar, y las zonas naturales de pinos, salvaguardando así la costa y su paisaje.

Como parte del planeamiento urbanístico y en un entorno que ha sido ocupado por viviendas unifamiliares con una muy baja densidad, este proyecto utiliza de manera más intensa y respetuosa el territorio, tratando además de que los edificios se integren en su medio natural. Para ello se ha dado una gran importancia a los trabajos de paisajismo, que entre otras cosas han creado una red de pasarelas elevadas que surcan la parcela evitando tocar los árboles y el terreno en su recorrido hacia la playa. Compuesto por una torre de 26 plantas y tres bloques de apartamentos de cuatro alturas, así como espacio dedicado a usos comerciales y un centro balneario, el proyecto hace contrastar ambas tipologías empleando en la torre una pantalla muy elaborada de vidrios verdeazulados que dulcifica su estricta geometría, y en los bloques de apartamentos un revestimiento cálido de madera de cedro canadiense.