Situado al norte de Burdeos, frente a las esclusas que cierran el canal de acceso al puerto marítimo de la ciudad desde el río Garona, el ámbito de esta actuación urbana abarca un gran muelle cuyas instalaciones portuarias, ya obsoletas, son reemplazadas por un complejo de edificios con programa mixto de servicios y vivienda. Dada su estratégica situación urbana, el complejo ofrece mercado, oficinas, hotel, zona comercial y apartamentos, y mantiene algunas construcciones preexistentes que conservan su valor útil o estético, como la casa de control de las esclusas o unos grandes silos de almacenamiento. En lugar de una única pieza masiva, que rompería la escala del lugar, se propone una sucesión de volúmenes entre los cuales se crean calles interiores para el comercio, y cuyas fachadas se separan y se quiebran para originar pequeñas plazas y romper la perspectiva lineal. Además, la volumetría de estas piezas responde también a las alturas de los edificios que las rodean, manteniendo la horizontalidad del frente construido en la ribera del río. Las fachadas, concebidas como celosías metálicas que envuelven los volúmenes, dejan abierto el frente de la planta baja, mostrando la actividad interior de los mismos. El primer nivel de cubiertas ofrece grandes espacios públicos ajardinados con vistas sobre el río y la ciudad.