Esta nave industrial se encuentra en la comarca de la Axarquía, una región profundamente marcada por su tradición agrícola. El proyecto se basa en un análisis detallado de la herencia industrial y agrícola de Málaga durante los siglos XVIII y XIX. Se aborda el estudio de la geometría, la forma, la materialidad y el tratamiento de la luz natural, buscando la adaptación del proyecto a su entorno específico.

Obra de Francisco Ortega Ruiz (FORarquitectura), la nave industrial de 1125 metros cuadrados se divide en cuatro amplios espacios destinados al almacenamiento de productos y herramientas agrícolas. Su volumetría refleja de manera clara las formas tradicionales presentes en diversas áreas del paisaje local.

El proyecto se fundamenta en varias premisas clave: la utilización de cubiertas a dos aguas, que no solo aumentan la altura de la edificación, sino que aportan un ritmo dinámico a la fachada principal; y una distribución eficiente de la planta que responde a la ubicación de los elementos estructurales.

La estructura está compuesta por hormigón y acero, mientras que la envolvente se construye con chapas metálicas, paneles prefabricados de hormigón y policarbonato, material que facilita la entrada de luz natural en los interiores, donde se utiliza el color para diferenciar desterminadas zonas.