El centro de Ocio de Azuqueca de Henares (Guadalajara) está formado por un conjunto de salas ligadas unas a otras sin solución de continuidad. Con esta organización, el Centro pretende ser una variante contemporánea del casino tradicional, cuyos salones se acumulaban con un cierto desorden bajo el protagonismo del ocio, la lectura, el juego, la conversación y el baile.

El edificio se compone de un pabellón bajo, orientado al sur, que sirve de fondo escenográfico a una parcela destinada a equipamientos y parque frente al Ayuntamiento de la ciudad, y un volumen vertical para las oficinas del Centro, almacenes y otras dependencias, que emerge del zócalo para funcionar como una referencia urbana, y que integra la intervención visual del artista Tim Berresheim.

El esquema espacial, los sistemas constructivos, las instalaciones, la ventilación, las protecciones exteriores y el paisajismo han sido estudiados a la vez para crear un determinado efecto atmosférico y materializar un edificio sin emisiones de gases nocivos, basándose en una tipología de espacios concatenados y patios alternados bien conocida en la tradición constructiva de la meseta castellana, así como en el uso de la cubiertas ajardinadas y de la geotermia como fuente energética principal.