Centro de Magisterio

Ramón Fernández-Alonso 


El edificio del Centro de Magisterio La Inmaculada, perteneciente al Arzobispado de Granada, se instala en el barrio residencial de Almanjáyar, la zona de expansión de la ciudad por el norte que se caracteriza por el predominio de vivienda colectiva en altura. En este lugar carente de equipamiento urbano de calidad y en el que aún no existía actividad pública consolidada se daba la oportunidad de construir un edificio con vocación de hacer ciudad. 

Hacia el acceso principal el edificio reduce su escala para tener un aspecto más doméstico. Para ello se comprime rebajando su altura en una planta, recuperando posteriormente su altura de tres plantas en el patio.

Así, el proyecto indaga en fórmulas para su integración urbana, como la permeabilidad de los espacios complementarios al programa docente, que se sitúan a cota del plano de ciudad sin que aparentemente exista un límite impuesto entre el espacio urbano exterior al edificio y el colectivo que se contiene en la planta baja de éste. Los usos más públicos del programa del edificio se disponen en esta planta baja organizados alrededor de un patio central.


Desde el vestíbulo de acceso se establece una relación visual con la calle a través del porche de entrada y se visualiza la gran variedad de actividades del edificio: biblioteca, sala de exposiciones, iglesia, cafetería, auditorio y polideportivo. Todos estos espacios, a excepción de la biblioteca, cuentan con un acceso directo propio, lo que permite su utilización ocasional independiente de la del edificio. 

El edificio se estructura en cinco niveles, dos de ellos bajo rasante. Las zonas comunes y administrativas se sitúan en planta baja, mientras sobre ella se suspenden los espacios docentes que constituyen la imagen del conjunto.


La planta de accesos constituye un espacio umbral comprimido por la masa suspendida de sus plantas superiores, de modo que las envolventes cerámicas de las aulas gravitan sobre el plano de la ciudad. Este planteamiento se traduce en una solución estructural compuesta de una viga en celosía que contiene las dos plantas superiores de aulario y departamentos y que se apoya en dos líneas de soportes salvando un gran vano. Por debajo se desarrollan las áreas comunes, en continuidad con las áreas exteriores de terrazas y ajardinadas y protegidas por un potente voladizo.

El escalonamiento de las aulas, separadas entre sí para conseguir una iluminación difusa de su interior, se traduce en un exterior modular y expresivo que utiliza un revestimiento cerámico continuo y de gran calidez. 

La búsqueda de la unidad formal del conjunto va más allá del planteamiento modular derivado de la estructura. Se ha intentado conseguir una arquitectura cercana, casi familiar, tanto en la composición de los espacios como en el tratamiento de la luz y de la textura que le confiere su piel cerámica. En los niveles superiores, la carcasa cerámica se secciona rítmicamente fragmentando el área docente en aulas pautadas cuya disposición les permite iluminarse lateralmente mediante patios. Estos controlan rigurosamente la luz a la manera de un diafragma con vuelos asimétricos de la cubierta y fachada que evitan la insolación directa de las orientaciones noroeste y suroeste.


Cliente Client

Arzobispado de Granada

Arquitecto Architect

Ramón Fernández-Alonso Borrajo

Colaboradores Collaborators

José Moya Enriquez; Miguel Ángel Jiménez Dengra, Rafael Palma Moyano, Francisco Torres Ramirez (arquitectos técnicos quantity surveyors)

Consultores Consultants

Sergio García Pedrajas (instalaciones mechanical engineering); Anton Amann (iluminación lighting); Ignacio Valverde Espinosa (geotecnia geotechnical studies)

Contratista Contractor

Construcciones Calderón

Fotos Photos

Jesús Granada