El MIT Design Center nace de la idea de crear un nuevo laboratorio en un patio infrautilizado del campus universitario, donde múltiples disciplinas pueda colaborar, participar o conversar sobre temas relacionados con el diseño, actividad creativa que ha dejado de ser exclusivo de la arquitectura y el arte.

Con el objetivo de dotar al campus de un edificio reconfigurable, capaz de adaptarse a una amplia gama de necesidades y escalas dadas por la actividad impredecible del centro, se diseña una estructura definida por una serie de marcos que siguen el ritmo estructural y de fenestración de los edificios académicos del siglo XX. Vigas y columnas prefabricadas, con la misma altura y luz de 22 metros, configuran estos pórticos que integran las instalaciones en su esqueleto. Una serie de plataformas móviles se conectan a dichos pórticos y se distribuyen a lo largo del espacio permitiendo su transformación en función de la posición cambiante de estas bandejas horizontales. Los sistemas climáticos renovables y automatizados que se introducen optimizan el uso de energía en el edificio, y las tecnologías de comunicación permiten múltiples niveles de conectividad e interactuación...[+][+]