Con el objetivo de preservar y fomentar la lengua irlandesa, el edificio promovido por la organización An Gaeláras invita a los ciudadanos a formar parte del centro cultural canalizando el flujo peatonal desde el frente urbano hasta un gran atrio interior. La parcela, situada en el centro histórico de Derry, se inscribe en un perímetro rectangular con tres de sus lados opacos, por lo que la luz llega al espacio central a través de un gran lucernario de perfil triangular. Un pavimento continuo de terrazo conecta el espacio público con el edificio. En contraste con la geometría exterior, perfectamente ortogonal, el interior se distribuye siguiendo líneas oblicuas que dirigen el movimiento de los usuarios como si fueran bolas en un ‘pinball’. Una serie de pasarelas, plataformas y escaleras rodean el vacío de cuatro alturas en torno al cual se distribuye el programa, que incluye aulas, oficinas, despachos, una tienda, una cafetería y un salón de actos.

La composición de la fachada mantiene las proporciones verticales de los edificios históricos de su entorno. El encofrado del hormigón se despieza mediante tablillas de madera de diecisiete centímetros de ancho que dejan su huella en los muros y prolongan visualmente las dimensiones horizontales del ladrillo tradicional.