En la isla de Wolin, al noroeste de Polonia, el proyecto está concebido como un refugio inserto en el bucólico paisaje de la costa báltica, una zona de inviernos suaves y húmedos y veranos frescos con abundantes precipitaciones.

La casa tiene tres niveles, cada uno con características propias. La planta baja se abre al entorno natural, con dos amplias terrazas que extienden la zona de estar y generan una transición fluida entre el interior y el exterior. Bajo el nivel del suelo, el baño recibe luz natural a través de una pequeña ventana, creando un espacio introvertido. El dormitorio se sitúa en el nivel superior, donde una ventana de generosas proporciones dirige la vista hacia el cielo.

La madera de pino es el material protagonista de la casa. Los paneles contrachapados de pino se utilizan tanto en fachada como en las paredes interiores, y el mismo material se extiende a los muebles y armarios. El suelo está construido con listones de pino.

El color es otra de las claves del proyecto, y sirve para crear en cada nivel una atmósfera peculiar. La planta baja y las terrazas destacan en un llamativo amarillo melón. El baño presenta una combinación de colores rojo tierra. Por su parte, el área del dormitorio y el suelo del balcón de la planta superior están teñidos de un relajante tono azul...