Al sureste de Japón, en la montañosa provincia de Kochi se sitúa Yusuhara, una población que apenas alcanza los 5.000 habitantes, conocida por su núcleo urbano construido con madera de sugi o cedro japonés, el árbol nacional del país. Estas edificaciones cuentan ahora con un nuevo referente: su ayuntamiento, diseñado con el propósito de mostrar las propiedades de este material.

El nuevo volumen se integra en la trama de la ciudad, ajustándose a los límites del solar y dejando una plaza de entrada que confiere representatividad al edificio. Sus 2.970 metros cuadrados se distribuyen en dos plantas y un sótano, dejando las funciones más públicas en la planta baja. Considerando las condiciones climáticas de la ciudad, con 13ºC de media y abundantes precipitaciones, que en invierno suelen ser de nieve, se construye un gran atrio en torno al que se emplazan instalaciones necesarias para la vida diaria de los habitantes, como un banco, la Sociedad Cooperativa Agrícola y la Cámara de Comercio. Este atrio también se plantea como lugar para acoger festivales y espectáculos tradicionales, y está preparado para prolongarse hacia la calle gracias a unas enormes puertas correderas que permiten unificar la plaza interior y la exterior.

Con el propósito de mostrar la excelencia de la madera de sugi, se opta por la utilización de este material tanto en los revestimientos como en la estructura. Para diseñar el esqueleto del edificio sin renunciar a una imagen ligera y transparente, se plantea un entramado doble que, como si de una construcción de palillos se tratara, cuenta con cuatro ‘pisos’ de vigas de 70 centímetros de canto y 20 de ancho colocadas en las dos direcciones, consiguiendo salvar luces de 18 metros. Este complejo diseño se lleva a cabo para evitar las enormes secciones que resultan necesarias en la construcción con este tipo madera blanda.

En la fachada los paneles de madera se intercalan con los paños de vidrio formando un mosaico que tamiza el sol, a la vez que calienta los espacios interiores... [+]