Frente al lago Constanza, en la pequeña localidad suiza de Ermatingen, una casa de aluminio constituye la última de las edificaciones en el borde oeste del municipio. El solar, una porción de terreno en pendiente, se descuelga a caballo entre el paisaje de viñedos que rodea al lago —al norte de la parcela— y la montaña inmediata hacia el sur. Al oeste quedan un bosquecillo y un curso de agua, inmersos ya en la zona agrícola. Con una leve inclinación respecto a la dirección de las edificaciones vecinas, este prisma de marcada proporción longitudinal se adapta a las curvas de nivel y se desliga de la trama para hacer frente al paisaje abierto.

La casa se ha pensado como un conjunto de piezas que se relacionan como lo hacen los anejos de las pequeñas haciendas, si bien es la sencillez de formas —prismas regulares— y de materiales —el aluminio corrugado recorre las cuatro fachadas, simbolizando el flujo de la naturaleza— la que permite al conjunto presentarse en el entorno como un objeto único. Un camino de grava conduce hasta la entrada de la casa, provocada gracias a un leve retranqueo en la cara sur. Este muro casi ciego materializa las ideas generadoras del proyecto: une la casa con su anejo, neutraliza la tensión entre las vistas lejanas y la ladera próxima, y asume las funciones de circulación y servicio dentro de la vivienda. Poniendo de manifiesto su marcado protagonismo, un estrecho plano de vidrio recorre a modo de cubierta —y de porche en la cara exterior—toda la longitud del muro. Son dos los cuerpos que conforman la planta de acceso: uno menor y ciego aloja el garaje, y otro mayor alberga el salón-comedor y la cocina. Entre ambos, un pequeño patio cuadrangular hace las veces de jardín privado y vestíbulo de entrada, adueñándose de una parte del paisaje. Protegiéndose del viento y de las miradas ajenas, su presencia invade toda la planta superior, de configuración abierta, impidiendo que sea la ladera natural la que acabe recibiendo los pequeños enseres domésticos. La planta baja, en contacto con la tierra, aloja las habitaciones y un pequeño mirador en la esquina más próxima al lago.

Una estructura convencional de hormigón y ladrillo sustenta las áreas calefactadas de la vivienda, mientras el acero soporta las partes más expuestas. El cemento gris que construye los planos exteriores se introduce en el interior, de la misma manera que el aluminio que cubre la casa envuelve también la chimenea y da forma a la barandilla del patio. Son los cambios de luz a lo largo del día —con sus variaciones de color y tonalidad en la membrana metálica— los que enriquecen de matices la vivienda... [+]