El artista suizo Not Vital realiza su trabajo sumergiéndose en la naturaleza y en las sociedades de los lugares más remotos del mundo, y basa en ellos la inspiración y los materiales que conforman sus singulares proyectos en los que se desdibujan los límites convencionales entre la escultura y la arquitectura. En Agadez, una ciudad al norte de Níger, ha levantado algunos edificios —desde un complejo de viviendas de barro hasta una escuela para niños o un cine— que se apartan tipológicamente de las construcciones tradicionales pero que se funden con su estética, respondiendo a las necesidades de la población. Dando cuenta de la cultura tradicional de culto a la naturaleza y de un sentido de total comunión con ésta, Not Vital también ha construido una ‘casa para poder ver el sol’.
El edificio se concibe como una escultura que puede pasearse o escalarse por sus escalinatas, y cuya única función es permitir ver la puesta del sol en una zona desértica donde los atardeceres son muy intensos. Con este fin, se disponen cuatro niveles para que los observadores puedan cambiar su punto de vista siguiendo el movimiento solar. Todo el conjunto se ajusta a un patrón estricto: cuatro cubos apilados de 3 x 3 x 3 metros; una puerta por cubo situada cada una en un lado diferente; un tramo de escaleras que conduce a cada uno de los tres cubos, y, finalmente, cuatro ventanas. Todo en su sitio.