Conectada a través de una terraza a una vivienda familiar multigeneracional existente, la nueva casa responde a la intención del cliente de envejecer cerca de sus seres queridos, por lo que se ha diseñado libre de barreras arquitectónicas.

Las partes del edificio que están en contacto con el suelo se construyen con hormigón; para las que no lo están se reutilizan, inalterados, los paneles de madera de encofrado utilizados para verter el hormigón. Así, el encofrado de madera da textura al hormigón visto, y el hormigón visto da pátina al encofrado de madera. Los paneles de encofrado configuran los espacios y usos de hormigón visto, y viceversa. Esta interrelación da expresión al edificio.

El nicho de madera curvo, coronado por una claraboya que introduce luz natural, procede del encofrado empleado para moldear el hueco de la escalera de hormigón —curvado a fin de permitir una silla salvaescaleras—. El dosel de hormigón sobre la entrada principal, por su parte, proviene de la reutilización del rellano de madera de la escalera como encofrado. Los huecos abiertos en los muros interiores de hormigón se rellenan con paneles de encofrado, como expresión del proceso constructivo. De esta manera, el edificio es la encarnación de cómo llegó a ser: su imagen revela su propia historia.