Del mismo modo que otras muchas del continente asiático, las ciudades vietnamitas viven sometidas a un proceso de urbanización frenético. Durante estos años de crecimiento desenfrenado las urbes se han ido alejando, casi de forma irremediable, de su condición natural original de exuberantes bosques tropicales. Tal es el caso de Ciudad Ho Chi Minh, en la que tan sólo el 0,25 % de su superficie está cubierta por vegetación, a lo que se suman la congestión del tráfico y la contaminación del aire.

Como solución frente a la desconexión entre la ciudad y su ecosistema natural, se propone un prototipo de vivienda sostenible, de bajo coste y alta densidad, que se fragmenta en cinco paralelepípedos dispuestos en torno a un patio-jardín, evocando la idea de una pequeña aldea y devolviendo los espacios verdes a los usuarios. Además, cada una de las cinco cubiertas funciona como un jardín en sí misma gracias a una capa de sustrato de la que surge una serie de árboles tropicales que dan nombre a la vivienda. La planta superior alberga los espacios privados, como los dormitorios y los cuartos de baño, mientras que una planta baja que se extiende a través del patio conecta los espacios comunes. Así, estos se unen en una gran sala de estar que difumina la frontera entre el interior y el exterior.