Presumiendo de nombre, la colonia Madrid Moderno se presentaba en el ABC de 1906 como «el más europeo de los barrios madrileños»: un conjunto con trazas de ciudad jardín del que apenas quedan doce hotelitos, supervivientes de la presión inmobiliaria durante todo el siglo XX. El deficiente estado de uno de ellos casi obligaba a rehacer toda la estructura tras su fachada protegida, pero la intervención, consciente de que el valor patrimonial estaba más allá de los aparejos neomudéjares y el distintivo porche-mirador delantero, ha querido restituir el esquema original de casa, en el que se advierten las premisas higienistas de finales del siglo XIX.
Se recupera así la organización en L en torno a un patio interior, donde las estancias se concatenan en torno a la caja de la escalera, sin perder la referencia visual de su cálido panelado de madera de roble, único acento en la neutra paleta de acabados. A su vez, una nueva piel de aluminio perforado reviste el frente trasero y mejora el rendimiento energético de la casa, tornándola un Jano con rostro de otro tiempo detrás del que se esconde otro fijo en el porvenir.
Esta obra recibió el Premio COAM Emergente 2024.