Dos hermanos eligieron la pequeña localidad de Büykhüsun, en la costa del Mar Egeo, para ubicar su segunda residencia, una vivienda en la que pasar fines de semana y periodos de vacaciones. El lugar, una comunidad agrícola de apenas quinientos habitantes, no se encuentra demasiado lejos de Estambul, donde ambos residen habitualmente. En el extremo sureste del núcleo y a cierta distancia de las últimas casas, todas de estilo tradicional, encontraron una parcela con vistas al mar en la que han construido un prisma rotundo que, por su sentido de armonía y bienestar y por su integración en el paisaje y en la historia locales, según argumenta el jurado, ha sido distinguido en 2004 con un premio Aga Khan de arquitectura.

El solar poseía un desnivel de siete metros de norte a sur; conforme a la costumbre de la región, el terreno se ha aterrazado en dos planos con una diferencia de 1.3 metros entre ellos, generando dos plataformas, una rectangular en la que se posa la vivienda y otra de forma triangular y menor dimensión que alberga el jardín. Al igual que las construcciones vecinas, la casa se vincula a la pendiente por medio de los muros que sostienen las bancadas; a diferencia de éstas, sin embargo, el volumen —un paralelepípedo de piedra y hormigón— se posa sobre uno de ellos, como una escultura sobre un pedestal. La casa se puede ver desde el camino que rodea la finca como una pieza exenta que asoma sobre el muro para atrapar las mejores vistas; desde el jardín, la terraza, la escalera exterior y el muro atan la casa al entorno más inmediato del pueblo.

Los clientes querían controlar la escala de la vivienda para reducir el coste de ejecución y conseguir además un hogar de fácil mantenimiento, por lo que el programa es esencial: la planta baja aloja la sala de estar y la planta superior dos dormitorios separados por un mueble vestidor. La conexión entre ambos niveles se lleva a cabo por medio de la escalera exterior. En el costado norte, un muro funcional de 1.2 metros de anchura contiene las áreas de servicio —dos baños, una zona para la colada, una despensa, una cocina y un fogón— de manera que sala y dormitorios se abren al paisaje libres de obstáculos. La cara sur constituye un ventanal único protegido con contraventanas plegables de madera.

La estructura de la casa, preparada para los frecuentes seísmos que azotan la región, se ha realizado con materiales y tecnología locales. Los testeros establecen una composición tripartita de dos muros portantes de hormigón que enmarcan un paño de mampostería; esta disposición se prolonga en cubierta, donde las piedras no están fijas... [+]