Un antiguo muelle de madera resiste el paso del tiempo en la reserva natural del estuario del Sado, en Comporta, una hora al sur de Lisboa. Su identidad permanece más allá de la resistencia material de su construcción. El proyecto parte del respeto silencioso a esta sólida esencia que permite cambiar o reemplazar las piezas de madera para reconstruir dos cabañas sin perder sus valores primarios. Las formas arquetípicas de los volúmenes, con tejados a cuatro aguas, evocan un imaginario primitivo cargado de sencillez y pureza.

El programa se divide en dos espacios exentos: uno para relajarse con el apoyo de una pequeña cocina integrada en las propias paredes; y otro para dormir con un baño y una ducha, accesible tanto desde el interior como desde el exterior. La inclinación de los muros y los techos se adapta sutilmente a estas funciones, y genera situaciones distintas en cada rincón puesto que ninguno de ellos sigue un ángulo recto. Esta ambigüedad en los detalles se traslada a una escala superior; ya que las dos estructuras aparentan ser iguales, pero no lo son. Construidas íntegramente con madera reciclada y expuestas a la intemperie, las cabañas se funden y evolucionan con el lacónico paisaje, adaptándose a los cambios estacionarios... [+]