Propuesto como uno de los accesos principales al recinto, el Pabellón Puente une el barrio de la Almozara, en la margen derecha del Ebro, con los terrenos de la Expo de Zaragoza. Híbrido entre pasarela y pabellón expositivo, el edificio evoca la imagen de un gladiolo que parte de la

a orilla con un único tallo, y se divide en su centro en tres ‘vainas’ que desembarcan en la ribera opuesta. El diseño pro-viene del análisis del potencial de la sección en forma de diamante que, gracias al desarrollo de las estructuras espaciales resulta una forma óptima de distribución de cargas, consiguiendo que el espacio bajo el último forjado pueda ser resuelto con una viga cajón que albergue todas las instalaciones. Esta sección romboidal se extruye a lo largo de cuatro trayectos ligeramente curvados, generando cuatro elementos diferenciados. Éstos se apilan y entrela-zan siguiendo criterios precisos con el objetivo de reducir la dimensión de los elementos portantes y optimizar el sistema estructural. Además se gene-ran cuatro espacios característicos donde cada uno desempeña una función específica: dos de ellos, acondicionados térmicamente, acogen espacios expositivos, mientras que los otros dos, sin aclimatar, distribuyen los recorridos.

sitivos, mientras que los otros dos, sin aclimatar, distribuyen los recorridos.

Para la piel se estudiaron diferentes superficies naturales, hallando la solución más apropiada en las escamas del tiburón, tanto por su aspecto como por su funcionamiento, pues su patrón se adapta a las complejas curvaturas del diseño. Esta envolvente se genera mediante el solape, a modo de escamas, de paneles prefabricados de FRC (Fiber Reinforced Composite). Algunos de ellos rotan en torno a un eje, permitiendo abrir partes de la fachada.

Los espacios interiores se conciben como si los hubiera modelado la acción de los agentes atmosféricos, como el sol y el viento de tramontana. Los niveles de luz varían por la penetración de rayos puntuales a través de minúsculas aperturas, o por su entrada masiva a través de los amplios huecos ubicados en el nivel inferior en los extremos de la pasarela. La estructura consiste en una celosía metálica con un canto global que varía entre los 13 metros de una de las vainas hasta los 30 metros en el soporte cen-tral. Cada 3,6 metros un módulo de costillas da forma a las 76 secciones transversales paralelas en las que esquemáticamente se divide el puente. La pasarela cuenta con tres apoyos realizados por medio de 22 pilotes: diez en la isla central, ocho en la margen izquierda y cuatro en la derecha. La inestabilidad del subsuelo en torno al río obligó a la utilización de pilotes de hasta 68,5 metros de longitud, los más pro-fundos construidos hasta el momento en España.