Situado en el campus de la multinacional farmacéutica Novartis, en Basilea, el edificio Asklepios 8 destaca por su altura. El plan director del recinto establece un máximo de 23,5 metros pero su posición, en la esquina exterior, invita a adoptar una escala diferente que dialoga con la amplitud del Rin. Está previsto que en el futuro se construyan otros edificios en altura en torno al río, de manera que se vinculará el campus y la ciudad de Basilea. La geometría ortogonal del proyecto se relaciona directamente con la trama reticular de calles y plazas del entorno.

El volumen está formado por dos paralelepípedos prácticamente iguales, situados uno encima del otro. El primero, de seis plantas, corresponde con la altura de los edificios circundantes. El segundo, por su parte, cuenta con un nivel más para compensar la deformación que se produce al mirar el edificio de abajo arriba o desde la distancia. Entre estas dos piezas, el espacio se dilata para acoger un amplio espectro de actividades como eventos, seminarios, reuniones, etc. A partir de dos núcleos centrales, una serie de balcones y volúmenes en voladizo contribuyen a la riqueza espacial y al carácter multifuncional de esta gran sala. Esta singular disposición se aleja del esquema típico de torre en el que una sucesión de capas idénticas se repiten de principio a fin.

Las funciones de la fachada —luz y vistas para los usuarios, protección contra el sol y la lluvia, estabilidad y estructura— influyen significativamente en la imagen exterior del edificio. Todas ellas se integran en un sistema lineal de perfiles tubulares distribuidos en tres dimensiones, que sigue la dirección de la gravedad. A pesar de su apariencia uniforme cada uno responde a especificaciones concretas como soportar los forjados interiores, arriostrar las losas exteriores, canalizar el agua, servir de guía de las persianas o actuar como parteluz. Esta trama vertical se complementa con una sucesión de plataformas horizontales que generan una malla ortogonal y matizan la materialidad del vidrio.

El resultado es un conjunto de oficinas, a lo largo de los once pisos, que cuentan con unas condiciones excepcionales de iluminación, vistas y organización espacial.

En planta baja, el bloque se asienta sobre dos volúmenes horizontales que establecen la transición entre el nivel superior del campus y el paseo junto al río, donde se sitúan los programas de uso público como el restaurante y la cafetería.