La concesión del segundo premio a Daniel Libeskind en la segunda fase del concurso Alexanderplatz representa de algún modo el reconocimiento al otro polo de la polémica en que está inmersa en estos momentos la comunidad arquitectónica berlinesa en tomo al concepto de ‘nueva simplicidad’.

El carácter absolutamente contrapuesto del enfoque de Libeskind frente al de Hans Kollhoff se pone de manifiesto punto por punto tanto en lo general como en lo particular: donde la propuesta del primer premio divide la amplia zona en áreas muy diferenciadas, el proyecto de Libeskind la concibe como un organismo unitario íntimamente interconectado con la edificación existente y lo descompone luego en una serie de piezas fragmentarias y muy individualizadas; la ordenada y jerarquizada malla viaria de Kollhoff se transforma en el segundo premio en una compleja red de espacios públicos y privados; frente a las dos alturas en que Kollhoff distribuye la edificabilidad, Libeskind propone una tercera gama de alturas intermedias…[+]