Resultado de un concurso internacional, el nuevo edificio museístico se sitúa en la simbólica Avenida de la Constitución, uno de los ejes principales de la capital estadounidense, adyacente al Smithsonian National Museum of American History y al monumento dedicado al primer presidente de los Estados Unidos. El proyecto busca una imagen icónica y reconocible, basando su diseño en tres operaciones: una forma de zigurat invertido que evoca a una corona, la apertura hacia el paisaje cercano y la celosía para su envolvente.

Todas estas estrategias se desarrollan en estrecha relación con la emblemática localización. Para no competir en altura con el Monumento a Washington desarrolla gran parte de su programa bajo tierra, con únicamente cinco niveles sobre rasante. Tanto su anguloso perfil como el patrón de la celosía se inspiran en la coronación y la textura del obelisco conmemorativo. A su vez, la técnica empleada en la fachada —elaborada en aluminio recubierto en bronce— hace referencia a la artesanía tradicional afroamericana, y su densidad se adapta para controlar la entrada de luz solar y el grado de transparencia. En su vertiente sur, el edificio se abre al paisaje colindante con un pórtico, en una suerte de espacio de transición entre interior y exterior...[+][+]