Referencia histórica de la ciudad de Milán, el área de Porta Volta ilustra a través de su estructura urbana la cronología del crecimiento de la capital lombarda hasta convertirse en el principal núcleo del norte de Italia. El trazado de la antigua muralla del siglo xv que definía el perímetro de la ciudad, conocida como Mura Spagnole, dibujaba aquí un ángulo agudo cuyo vértice se abrió en el xix para dar paso a la Via Alessandro Volta, un nuevo eje que conectaba el centro con el cementerio y sobre el que se proyectaría el crecimiento extramuros de la ciudad. Este nuevo paso hacia el noroeste quedó configurado mediante los Caselli Daziari, dos construcciones adyacentes que son hoy los únicos testimonios de la existencia de la puerta, mientras que la trama urbana es un reflejo indirecto del trazado de los muros que se levantaban antiguamente. El proyecto para la implantación de la nueva sede de la Fundación Giangiacomo Feltrinelli en este enclave muestra un especial compromiso con la dimensión histórica del lugar, reforzando su papel estratégico con un impacto positivo en la zona.

El plan director para Porta Volta comprende la creación de dos nuevos edificios de oficinas, la sede de la fundación y una amplia zona verde. Todo el programa se condensa en estrechas construcciones a lo largo de dos ejes que nacen de los Caselli Daziari y se prolongan por las calles laterales, reforzando la focalidad de la trama urbana hacia la antigua puerta y sirviendo de vestigio del recorrido de la muralla. Además, la concentración del volumen edificado minimiza el impacto sobre los restos arqueológicos de los muros y libera más superficie para los jardines, los cuales, paralelos a los ejes, funcionan como bulevares que se conectan con otros parques cercanos.

Así, mientras que el trazado de los nuevos edificios responde al contexto histórico, formalmente se inspiran también en cualidades de la arquitectura milanesa. Las arquetípicas construcciones rurales de la región de Lombardía, las alargadas y apuntadas Cascine, son una referencia clara para el diseño de los edificios. Una sección estructural en la que las cubiertas, de gran inclinación, se funden con la fachada, reinterpreta el tipo local como diafragmas repetidos a lo largo de los ejes —no en perpendicular a ellos, sino dispuestos en paralelo a los Caselli Daziari y a la Via Alessandro Volta— y cerrados con vidrio transparente. La piel, la estructura y el espacio forman así un conjunto inseparable.

Las plantas bajas de los edificios, en contacto con los bulevares, se reservan para comercio, llevando actividad a las zonas ajardinadas, mientras que las plantas sobre rasante se dedican a oficinas.